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En cuanto a Beirut, sobran las palabras; me he enamorado del barrio de Gemmayzeh con sus edificios de estilo francés y su aire fino y a la vez bohemio, el buen gusto de los libaneses por las plantas...; el Downtown, arquitectónicamente exquisito, lástima la falta de vida por la presencia militar y el control de las entradas; y me lo pasé pipa por los bastiones de Hizbulá, como un chikilicuatre lleno de adrenalina paseando entre cánticos coránicos...Respuesta (1): Ver Todas
La música suena bien Trenca. Ahora solo falta la letra.Respuesta (3): Ver Todas
Tenías razón, Senséi Jordi, son gente muy hospitalaria (incluso los pillastres de los taxistas en el fondo son buenas personas, solo que les puede la necesidad). Me lo he pasado genial. Beirut fue el centro neurálgico en el que me alojé y desde ahí fui visitando diversos lugares: Byblos y Batroun hacia el norte, son joyas dignas de ver (también visité Jounieh, pero esta fue la única ciudad que no me aportó nada) y Sidón (con sus zocos espectaculares) y Tiro hacia el sur, así como las grutas de Jeita (puro arte en la naturaleza) y también hice un tour por las montañas para ver algún monasterio y la belleza del valle. Entre las ciudades me desplacé en furgonetas destartaladas en las que íbamos 12-15 personas, toda una experiencia jajaja.