Indra abona dividendo agitada en bolsa por la influencia del gobierno

Las acciones de Indra se encuentran en el ojo del huracán en la últimas semanas, tras los cambios producidos en el consejo. Cambios que, como es de sobra conocido, han sido promulgados por su accionista mayoritario, la SEPI. Al ser una empresa estatal, hay sospechas sobre la influencia que puede tener el gobierno actual en Indra y cómo puede afectar a la compañía. Entre tanto, la sociedad continúa con su actividad diaria y, en este caso, abonando dividendos a sus accionistas.

Las acciones de Indra, tras sufrir caídas a finales de junio de doble digito, se estabilizan en la zona de 8,90€. En el último mes las acciones de la sociedad han caído un 16,60% tras conocerse otro movimiento en el Consejo de la compañía. Tras la destitución hace meses del CEO Abril-Martorell y conocerse que la SEPI iba a aumentar su participación en la empresa, varios cambios en el centro de mando de la sociedad han sacudido a las acciones. La incertidumbre no suele ser buena compañera de viaje.

Los dividendos son de las pocas certidumbres en la bolsa. Indra llevaba 8 años sin remunerar a sus accionistas. Por tanto, veamos las fechas clave para su cobro:

- Jueves 7 de julio: Último día para comprar acciones con derecho al dividendo de 0,15€ por acción (last trading date).

- Viernes 8 de julio: Primer día en el que las acciones cotizan sin derecho al dividendo (ex-date).

- Martes 12 de julio: Fecha de abono de 0,15€ brutos por acción (0,12€ netos)

De este modo, tras 8 años sin percibir remuneración, los accionistas vuelven a recibir fondos de la sociedad. En este caso, el pago de 0,15€ por acción supone una rentabilidad por dividendo del 1,6%. Dentro del Ibex 35 es de las rentabilidades por dividendo más bajas, aunque es cierto que, tras varios años sin pagar, es una buena noticia para sus accionistas, por pequeño que sea. 

Por tanto, veremos si la compañía continúa con su actividad diaria, consigue despejar los fantasmas que están apareciendo en bolsa y devuelve certidumbre a los inversores, elemento clave a la hora de mantener una cotización diaria más estable y sin tantos sobresaltos cada vez que se conoce un nuevo movimiento dentro de la escala de poder de la compañía.